El control del aforo se realizará con cámaras instaladas en la torre Mapfre (para medir la línea de la costa) y se reforzará con una serie de videosensores, “un sistema que dará información en tiempo real sobre la superficie de playa ocupada”. En ningún caso se identificará a personas concretas, sino la ocupación del espacio, ha explicado el concejal Eloi Badia. Para regular el acceso se instalarán vallas de cuerda y postes de madera y con puntos de acceso, por si en algún momento hubiera que restringir temporalmente el acceso en alguna playa.
También habrá hasta 22 informadores para atender a la ciudadanía y se activarán los dispositivos habituales de la Guardia Urbana en la temporada de playas. Badia ha destacado que “no se cuadriculará la playa y que la propuesta apela a la corresponsabilidad de la ciudadanía” al distribuirse en la arena. “No todo el mundo podrá estar junto a la orilla”, ha lamentado. La situación de las playas se podrá consultar por internet, en una web donde un indicador verde supondrá ocupación inferior al 40%, amarillo de hasta el 60%, naranja hasta el 80% y rojo de más del 80%. Badia ha pedido expresamente a la ciudadanía que se informe antes de ir a la playa.
Para poder garantizar la distancia social se calcula que cada persona o grupo necesitará entre seis y nueve metros cuadrados, por lo que la ocupación de las playas se mantendrá entre 25.000 y 38.000 personas, en función de si la gente acude individualmente o en grupo. En global, Badia ha explicado que el aforo “no distará mucho del de otras temporadas”, cuando era de 40.000 personas en los días de mayor afluencia. Ha advertido, eso sí, de que la sensación será de menos gente, porque habitualmente la presencia de bañistas se concentra en franjas horarias concretas y sobre todo en las playas de levante, las de la Barceloneta. Una de las incógnitas es saber cuánta gente habrá en un verano en el que no habrá turistas (o habrá pocos), que habitualmente son un 20% de quienes acuden a las playas de la ciudad, ha cifrado Badia.
El control del aforo está previsto de entrada en las playas del distrito de Ciutat Vella (Sant Sebastià, Sant Miquel, Barceloneta y Somorrostro), que son las que concentran mayor cifra de bañistas, y si el consistorio considera que es necesario lo extenderá a las del distrito de Sant Martí, al norte de la ciudad (Nova Icària, Bogatell, Mar Bella, Nova Mar Bella, Llevant y baños del Fòrum). Con el inicio de la temporada de baño se activarán también los servicios en las playas, siempre de acuerdo a cada fase de la desescalada. Se pondrán en marcha los servicios de salvamento, socorrismo, duchas, lavabos públicos y la playa para perros, que se estrenó hace tres veranos.
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Fuente: Elpais