Más de $11.000.000: el botín de la “Banda de la Embarazada”
Usan a una futura madre para que marque cuándo robar los bancos. Ya dieron 13 golpes: rompen vidrios a mazazos y se llevan la plata de los cajeros.
Hacen una inteligencia previa muy minuciosa. El día del golpe, una mujer embarazada marca el momento justo para cometerlo. Segundos después, dos autos de alta gama aparecen en escena y frenan en la puerta del banco.
Uno de los hombre se baja con chaleco antibalas puesto y apoya un fusil de guerra en el techo del vehículo, preparado para atacar a cualquier patrullero que se acerque. Otros integrantes de la banda ingresan a la sucursal rompiendo las puertas de blindex con una maza. Adentro, amenazan a los empleados y roban el dinero destinado a la recarga de los cajeros automáticos.
La llaman la "Banda de la Embarazada” y ya quedó registrada en las cámaras de seguridad de al menos 13 sucursales bancarias en los últimos 14 meses (ver Infografía). Todos los blancos fueron bancos ubicados en el Conurbano. A pesar que en dos de los robos escaparon sin el botín, en total llevan robados más de 11.000.000 de pesos. Y siguen libres.
Fuentes policiales y jefes de seguridad de algunos de los bancos asaltados contaron a Clarín que el golpe más rápido que dio la banda duró 22 segundos. El más lento se prolongó por tres minutos.
La banda está integrada por entre cinco y siete ladrones. Sus robos siempre ocurren después de las 15, cuando la sucursal cierra sus puertas, y antes de las 17, cuando se terminan los arqueos del día.
"En los primeros golpes que dio la banda el ‘marcador’ estacionaba en un auto frente a la sucursal. Pero como empezó a llamar la atención de los guardias de seguridad de las sucursales, empezaron a usar a una embarazada. Según las imágenes de las cámaras de algunos bancos asaltados, la mujer se queda parada en la puerta y da la señal a sus cómplices cuando los empleados empiezan a recargar los cajeros. Luego desaparece”, explicó un investigador del caso.
Tras la señal de la embarazada, los ladrones aparecen en dos autos de alta gama. Uno de los coches para en la puerta del banco y el otro, unos metros más atrás. El jefe de la banda va adelante, del lado del acompañante y está armado con un FAL (Fusil Automático Ligero) como los del Ejército. Es el primero en bajar y lleva chaleco antibalas y pasamontañas.
Los conductores de los coches no se bajan. Al banco entran al menos tres asaltantes. Uno lleva una maza de unos veinte kilos, con un mango de unos 50 centímetros de largo, envuelto con goma de cámara de neumático, con el que rompen las puertas de vidrio del banco.
Es que tienen que llegar hasta la parte trasera de los cajeros. Hasta el caso de Carolina Píparo (la embarazada que fue baleada en una salidera bancaria en 2010, cuyo bebé murió), los cajeros automáticos se cargaban por el frente. Pero desde entonces hubo cambios en las normativas que rigen la seguridad de los bancos y muchos se empezaron a recargar desde atrás, adentro de la sucursal.
"Eso hizo que los ladrones tengan que ingresar al banco para robar los cartuchos con dinero y todo sea más violento, porque quedan en peligro los empleados”, explicó a Clarín un empleado bancario.
Una vez que rompen los vidrios, entre tres y cuatro ladrones ingresan a la sucursal. Siempre encapuchados y casi todos con armas de puño. "Entran gritando que se tiren todos al piso y van directo al recinto donde se cargan los cajeros. Los empleados no se resisten, porque quieren que se vayan rápido. Los ladrones se llevan los cartuchos cargados con dinero”, detalló el jefe de seguridad de un banco privado.
Así, en cada golpe la banda robó entre 600.000 y 800.000 pesos. Hubo uno que salió de la media:el lunes 15 de septiembre de 2014, asaltaron la sucursal del Banco Francés de Banfield y, según denunciaron desde la entidad, se llevaron unos $4.000.000, correspondientes a depósitos.
Con el botín en su poder los ladrones escapan corriendo, se suben a los coches y arrancan. Los vehículos luego aparecen abandonados a unos 400 metros, donde no hay cámaras municipales.
"Los autos que usan para los golpes siempre tienen pedido de secuestro. Los roban tres o cuatro días antes del asalto. Luego los dejan ‘enfriar’ en algún barrio para asegurarse que no tienen rastreador satelital y los buscan el día del asalto”, explicó un investigador.
En uno de sus golpes, la banda también demostró poder de fuego. El 4 de abril del año pasado, a las 16, coparon el Comafi de Bernal. Al salir, se enfrentaron con la Policía: hubo más de 50 disparos. Un ladrón terminó muerto y al menos seis huyeron con $400.000.
"Cada vez se llevan más porque, por la inflación, cada vez hay más plata en los cajeros. Antes estaban cargados con un cartucho con billetes de 10 pesos, otro con billetes de 20, el tercero con billetes de 50 y sólo el último con billetes de 100. Ahora los cuatro cartuchos se cargan con los de 100”, explicó a Clarín el abogado Héctor Muzzio, ex gerente de seguridad del Banco Central.
Fuente: tiempodesanjuan.com