Lejos de lo que podemos pensar, la gran mayoría de ladrones no espera a que se haga de noche para actuar. Tampoco es casualidad que el día 1 de agosto sea uno de los días con más robos registrados. El ladrón no busca obstáculos. El tiempo corre en su contra. “El delincuente es una persona racional, quiere un botín, pero no quiere ser visto”, explica Ángel Olleros, director y asesor en seguridad privada.
Estar prevenidos es imprescindible para disuadir un posible robo o hurto, independientemente de dónde esté ubicada la residencia. Respecto a su agenda, Olleros lo tiene claro: “Solemos tener más miedo de noche y durante el fin de semana pero sabemos que se roba más de día, en lunes y jueves que en domingo”. La explicación es sencilla: “Las viviendas están más tiempo vacías. Los lunes tenemos que trabajar, hacer gestiones o ir a por el pan”. Os recomendamos seguir estas siete medidas de seguridad para ayudar a garantizar una mayor seguridad en las viviendas:
Primera: ofrecer resistencia
Puertas, cerraduras, llaves, persianas, cristales, muros, rejas… Una buena protección debe seguir un patrón técnico que lo primero que tiene que ofrecer al ladrón es resistencia física. La mayor disuasión, señala el experto, es generar un obstáculo extra. “Una puerta obliga a estar mucho tiempo en un rellano o entrada, expuesto a ojos de cualquier persona o vecino y eso puede levantar sospechas”, valora.
Segunda: puertas de seguridad activa
“Somos un país que cuando pensamos en seguridad pensamos en una alarma y no en una puerta”, explica Olleros. Una alarma es complementaria y necesaria, siempre y cuando tengamos resistencia física. Los edificios necesitan avisos rápidos, pero las viviendas necesitan tiempo y eso lo dan las puertas, especialmente las que aplican la tecnología de seguridad activa . Una puerta debe tener una estructura certificada (UNE 85160 grado 4C1) y una alarma que salte si ésta es hurgada.
Tercera: Llaves y cerraduras
Hay muchísimos robos que se llevan a cabo porque el delincuente, sencillamente, tiene llaves. “Es posible que la llave sea muy buena pero el protocolo de custodia para acceder a ella sea muy fácil. Por eso se abren puertas sin romper”, denuncia Olleros. También hay muy pocas puertas certificadas. Un cliente hereda las inseguridades en los protocolos de sus proveedores. Mala praxis, mercado negro, empleados desleales… Es necesario velar por procedimientos que aseguren su eficacia.
Cuarta: Sistemas de alarma
Es importante que cuenten con la certificación UNE 51131 grado 2. Que sea, además, un sistema bidireccional con doble vía de comunicación (una vía inalámbrica y otra vía cableada) y los detectores tienen que ser anti camuflaje. “La alarma sirve para avisar de que algo pasa pero no impide que pase. Es habitual escoger entre puerta y alarma y es un error”, explica Olleros. Lo mejor es combinar ambos sistemas. Sin detección, la resistencia es menor. “Hay que equilibrar”, añade.
Quinta: Video vigilancia
En una vivienda particular no está claro que sea lo más eficaz. La video vigilancia es más un placebo que no una seguridad ideal. Es posible que sea de utilidad en un edifico. Pero en una vivienda hay que combinar alarma y videovigilancia para que sea efectivo. Si no podemos contar con cámaras de seguridad, deberíamos poder contar con los detectores de alarma tengan una cámara. Su función es simple, cuando salta un sensor, este detector hace una foto, captura el momento y quién hay.
Sexta: Domótica no es seguridad
“Confundimos automatización (que va en pro de la vivienda aplicando tecnología) con seguridad”, advierte Ángel Olleros. La domótica que se vende es muy comercial y ‘no está concebida para ser restrictiva ni defensiva’. La domótica está pensada para ser ampliamente usada y, en consecuencia, es fácilmente hackeable: “Es una puerta más y eso es un riesgo, por eso es importante no confundir domótica con seguridad”.
Séptima: Seguridad por diseño
El coordinador de comités de seguridad física y prevención del delito AENOR, Ángel Olleros es también experto en prevención a través de la seguridad por diseño. Es decir, todos aquellos elementos que potencian la seguridad de una comunidad, calle o edificio a través del diseño de las infraestructuras. “Es importante no crear penumbras, cuidar la distancia entre farolas, la altura de los arbustos, la orientación de los accesos”, concluye.
Para hacer frente a un posible hurto lo fundamental es la resistencia. El ladrón buscará un entorno no vigilado. “No escogerá un entorno no favorable”, añade. A pesar de eso, Olleros destaca que “a menudo las personas no se perciben como perfiles de riesgo y no invierten en seguridad”. Por eso, debemos tomar conciencia y aplicar medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde.
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Fuente: Lavanguardia