Los dos robos tuvieron lugar apenas veinta horas después de que un ladrón solitario, que fue detenido, desvalijara dos viviendas de la urbanización El Cotanillo, también en Renedo, aunque situada en la carretera del Valle de Esgueva (hacia Valladolid). Pero es que los asaltos vienen a sumarse al registrado hace veinte días en un bar situado en la misma calle que el Teocán, en este caso El Cuatro Calles, donde también «reventaron las dos tragaperras y se llevaron la recaudación», apuntaba ayer su dueño, que ha decidido instalar dos novedosos arcones metálicos para encerrar las máquinas tragaperras por la noche con una persiana de seguridad –en la fotografía de abajo–. «Es un sistema nuevo que cubre completamente las máquinas y que hemos comenzado a colocar en muchos bares de la provincia ante la sucesión de robos en los que, además de llevarse los cajetines, destrozan las tragaperas», explicó el propio instalador.
Y una alarma en las afueras
A este reguero de incidentes habría que sumar un posible intento de robo en la misma noche en otra urbanización de la localidad, Atenea, en la que saltó la alarma en una vivienda. Y en este mismo escenario, además, «quemaron un coche unos días antes», relatan los vecinos.
Todo un reguero de robos y sobresaltos que tuvo su culmen en la madrugada del lunes. Los ladrones visitaron a las 2:50 horas el bar Teocán, situado en la calle Santa Isabel, junto a la iglesia, donde forzaron la puerta y reventaron las máquinas tragaperras para llevarse la recaudación (sin cuantificar por el dueño). Allí acudió minutos después una patrulla. Y en cuanto se fue, a las 4:06 horas, saltó la alarma en el estanco, situado en una calle perpendicular la anterior. «Apalancaron la verja y la puerta y fueron directos a por el tabaco y el dinero de la caja», lamentan las víctimas, que cuantifican en 7.000 euros el valor del tabaco sustraído y en otros 400 el dinero en metálico que se llevaron los ladrones. Uno de ellos, encapuchado, cogió el botín y otro, al menos, esperó fuera presumiblemente con un vehículo para la huida.
«La patrulla tardó una hora·
«La alarma saltó a las 4:06, nos dieron el aviso y estuvimos en casa casi una hora esperando la llegada de la patrulla de la Guardia Civil (llegó a las 5:04) sin atrevernos a bajar por si nos encontrábamos con los ladrones», crítican las dueñas del estanco. Fuentes de la Benemérita atribuyeron el posible desfase a la hora de aviso de la central de alarmas. «La patrulla llegó en 14 minutos desde el aviso y vamos a estudiar si existió ese posible desfase», apuntaron. El caso es que los ladrones huyeron de Renedo dos veces en poco más de una hora con más de 8.000 euros.
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Fuente: Elnortedecastilla