El presidente de la CIG, Juan Antonio Busto, llegó a la ciudad de Xelajú acompañado de varios empresarios que integran esa entidad, y de Juan Manuel Pac, presidente de la filial local.
Busto explicó que la filial quetzalteca está preocupada por el alto índice de violencia en la ciudad altense. “Las muertes violentas, la permanencia de un narcotraficante en esa ciudad y la inseguridad ciudadana nos obligó a pedirle al presidente acciones concretas”, enfatizó.
Exigen acciones
La propuesta de la CIG es instalar estados de excepción en las zonas rojas del país, poner en las calles fuerzas conjuntas e instalar cámaras de vigilancia las 24 horas del día en las ocho ciudades más conflictivas.
Los empresarios esperan resultados a partir de los próximos 30 días.
Al consultársele sobre qué sucederá si después de ese tiempo los índices de violencia no bajan, Busto dijo: “Nosotros sugerimos que el Gobierno haga lo necesario e implemente acciones para frenar la violencia e inseguridad, no pedimos milagros, pero sí acciones”.
Juan Manuel Pac indicó que el clima de violencia que vive Guatemala desincentiva la inversión y genera temor de las nuevas empresas a instalarse, entre otros problemas que conlleva un estado de inseguridad.
Expresó su preocupación por el aparecimiento de propiedades del presunto narcotraficante Salomón Ramírez, además de los asaltos, robos a comercios y muertes violentas.
Los directivos de la CIG explicaron que hacer públicas esas peticiones en Quetzaltenango no fue casualidad, ya que la ciudad altense es un polo de comercio e industria que no está exenta de violencia.
FUENTE: www.prensalibre.com