Las más de 400 guaguas que forman parte de la flota de TITSA están controladas bajo el Sistema de Ayuda a la Explotación, más conocido por sus siglas SAE, que pretende no sólo mejorar el servicio de las líneas en cuanto a la atención al cliente, sino también reforzar la seguridad de los trabajadores y los usuarios. Ante las denuncias realizadas por los propios conductores que reclamaban más seguridad, sobre todo en los servicios nocturnos, y la incorporación paulatina de vehículos con hasta cuatro cámaras de vigilancia, el SAE ha incorporado a su tradicional labor las imágenes, que permiten controlar en todo momento lo que sucede dentro de la guagua.
Desde hace un mes, las imágenes de las cámaras de las guaguas, hasta ahora unas 24, pasan directamente al SAE, de tal manera que si el conductor del vehículo activa la llamada de emergencia, desde la oficina del operativo, que se encuentra en el Intercambiador de Transportes de Santa Cruz, se puede ver en tiempo real lo que en la guagua sucede. "Además en este mes, sin que el conductor avisara, se pilló a una chica que estaba pintando los sillones traseros, entonces avisamos al Cecoes y en la siguiente parada ya estaba la Guardia Civil esperándola para tomarle los datos", explica Ángel Díaz, jefe de departamento del SAE.
Este dispositivo comenzó en 2004 y actualmente funciona las 24 horas, todos los días del año, salvo el 25 de diciembre y el 1 de enero. Cuando se puso en marcha, el objetivo era controlar las averías de las guaguas, los atascos, regular la frecuencia y controlar posibles incidencias. Además, a través de un dispositivo en los pedales del vehículo, el conductor puede avisar a la central de que estaba sucediendo un problema, y se activaba, automáticamente un canal de audio, al igual que se avisaba al Cecoes.
Pero este sistema ahora se ha complementado con las cámaras, "que permitirán una mayor seguridad", apuntó Díaz. Los trabajadores que forman parte de cada uno de los turnos se encargan de controlar los servicios urbanos, interurbanos de Santa Cruz y La Laguna, el Norte y el Sur, cada uno de ellos por separado. Así, en la pantalla de cada puesto se tienen supervisados cada una de las guaguas, su ubicación en ese momento y si va retrasada o adelantada. De esta manera, si se produce un atasco o una avería se localiza el vehículo y se soluciona mandando otra guagua que lo sustituya, al igual que se corrige las frecuencias. Asimismo, la sala del SAE se convierte en una especia de Gran Hermano de todas las guaguas.
Cuatro cámaras de vigilancia
Las nuevas guaguas de la flota incorporan cuatro cámaras de vigilancia, cuyas imágenes se guardan en TITSA y además están conectadas al Sistema de Ayuda a la Explotación. Los cuatro dispositivos de seguridad enfocan a la zona del conductor, el pasillo del vehículo, la parte trasera y la puerta de la parte de atrás. De esta manera, se puede controlar cualquier gamberrada o acto de vandalismo que se produzca, como ya ha pasado.
El pisón de aviso
En el sitio que debería ocupar el embrague, en los pedales del conductor, se encuentra el pisón de seguridad. Se trata del dispositivo que, una vez activado por el chófer, avisa a la sala de control de que algo ha sucedido. Una vez pisado -como su nombre indica- se conecta el sistema de audio, de tal manera que el SAE escucha lo que está sucediendo en la guagua, y además ve, gracias a las nuevas cámaras. Así, en caso de robo la Policía puede actuar.
La consola que trasmite los mensajes
Uno de los dispositivos que comunica a los conductores de TITSA con la sala principal del SAE es la consola de mandos, por la cual ambas partes se envían los distintos mensajes a través de unos códigos establecidos. Averías, retrasos o atascos son algunos de los incidentes que se producen con mayor frecuencia. De esta manera, la sala, atendiendo también a los operativos de los que dispone, puede solventar el problema.
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