Tenían las imágenes de las cámaras de seguridad, que filmaron el intento de robo a mano armada, y habían centrado sus investigaciones en un joven de 19 años. Cuando lo localizaron y vieron su teléfono móvil, aumentaron sus sospechas. Como salvapantallas, el individuo había puesto una foto en la que vestía la misma cazadora que llevaba el atracador al que iban buscando, así que se lo llevaron detenido.
Los hechos por los que se le investigaba sucedieron pasada la medianoche del día 5. Todo comenzó cuando una dotación de la Policía Local adscrita a la Jefatura de Carretera de Cádiz se topó en la zona de Héroe de Sostoa con un menor que iba corriendo por la calle. Les resultó extraño. Los agentes le preguntaron qué le ocurría y el chico respondió de forma «vaga y contradictoria», según explicaron fuentes policiales.
La patrulla decidió retener al chaval y acercarse a un comercio cercano por si había pasado algo. Allí se entrevistaron con sus dueños, una pareja de origen chino, quienes les informaron de que acababan de sufrir un intento de robo a mano armada, que ellos mismos consiguieron frustrar.
Las víctimas contaron a los agentes que minutos antes habían entrado en su establecimiento dos jóvenes con las caras tapadas y uno de ellos armado con un cuchillo. Solo dejaron al descubierto sus ojos. Un asaltante ocultó su rostro mediante un pañuelo y una chaqueta con capucha, mientras que el segundo se puso una braga para el cuello y un gorro de color negro.
Según el relato que hicieron los comerciantes a la policía, uno de los jóvenes le colocó el arma blanca en la espalda al dueño del negocio para intimidarlo. Entonces, su mujer salió en su ayuda. Ante la resistencia de los tenderos, los dos sujetos se dieron a la fuga.
El comercio disponía de sistema de videovigilancia. Los agentes visionaron las imágenes captadas por las cámaras y comprobaron que uno de los asaltantes iba vestido igual que el menor al que acababan de parar en la calle, indicaron las fuentes. Además, al cachearlo, le encontraron un gorro y una braga de color negro.
El adolescente, de 15 años, fue trasladado junto a su madre a las dependencias del Grupo Escoltas, Menores y Atención Ciudadana (Gemac) de la Policía Local de Málaga, donde se abrió una investigación sobre el robo frustrado.
Vigilancia del domicilio
Los agentes empezaron a buscar al segundo implicado en el suceso. Tras diversas indagaciones, los funcionarios lograron averiguar el domicilio de un posible sospechoso. Nadie les abrió la puerta, pero en el rellano de la escalera encontraron ropa y enseres presumiblemente empleados en el asalto.
Una unidad de paisano volvió horas más tarde al lugar para vigilar la vivienda. Al cabo de un rato, vieron por la calle al individuo al que buscaban. Los policías del Gemac trataron de identificarlo, pero al parecer les proporcionó un nombre falso.
Los agentes, que pensaban que podía tratarse del segundo implicado en el caso, despejaron sus dudas al ver su teléfono móvil. En la foto del salvapantallas, aparecía el sospechoso ataviado con una cazadora. Según informaron fuentes policiales, era la misma que llevaba puesta el encapuchado que intentó atracar la tienda.
El joven, de 19 años, al que le constan dos antecedentes policiales en los últimos tres meses, fue conducido a dependencias policiales como presunto coautor de la tentativa de robo con intimidación.
FUENTE: www.diariosur.es