Jueza cita a todos los implicados en la trama corrupta de la Playa de Palma.
La magistrada Carmen González investiga los vínculos entre policías locales de Palma, proxenetas y políticos - Esta tarde ha citado en el juzgado a todas las partes personadas - El proceso está bajo secreto de sumario.
La jueza de instrucción número 12 de Palma, Carmen González, acumula testimonios sobre una supuesta red de policías locales que presuntamente protegían y amparaban actividades ilegales de proxenetas que les pagaban con servicios sexuales que también habrían utilizado políticos y funcionarios.
En este caso que está bajo secreto de sumario, la magistrada ha citado esta tarde en el juzgado a todas las partes personadas.
La Fiscalía Anticorrupción sospecha que durante años los policías avisaron con antelación a los dueños de varios locales de alterne de la zona de la Playa de Palma cuando se iba a producir una inspección e hicieron la vista gorda ante la presencia de prostitutas menores de edad y en situación ilegal en el país, entre otras irregularidades.
Una de las testigos protegidas, que ejercía la prostitución en un local de la Playa de Palma, señaló en su declaración ante la jueza que al establecimiento acudían alcaldes de Mallorca cuyos municipios desconocía, otros políticos y jefes de policía, para quienes se abría el club mucho antes de la hora habitual.
La mujer, que reconoció a varios de los policías habituales que tomaban copas y recibían servicios sexuales gratis, incluso detalló que en las fiestas privadas organizadas por el dueño del club cada cargo público estaba acompañado de una prostituta y aseguró que ella misma atendió a un alcalde que posteriormente tuvo alguna responsabilidad en Madrid.
Una de las declarantes atribuye al empresario para el que trabajó abusos laborales y un trato degradante y violento hacia las mujeres que trabajaban en sus locales, e incluso una de ellas asegura que pedía chicas menores de edad.
Todas coinciden en señalar que varios policías locales iban con frecuencia a los clubes y consentían ilegalidades en ellos.
Una testigo, por ejemplo, describe la familiaridad entre un ladrón de viviendas de lujo pareja de una prostituta y un policía municipal también relacionado con ella e incluso cuenta un episodio en el que el agente, de paisano, atemorizó a un cliente mostrándole su placa policial para que le diera un porro de marihuana y le entregara 300 euros como "multa".
Otra cuenta que los policías entraban en los locales sin uniforme pero armados con pistola, califica su relación con representantes de la autoridad como de amistad de más de una década y relata que ninguna chica acudió a dependencias de Extranjería o la Seguridad Social porque ellos tramitaban su documentación e incluso les quitaban multas de tráfico.
Si bien lo normal es que no haya inspecciones en estos locales porque, según han contado las mujeres, están "protegidos", varias cuentan cómo policías locales avisaban a los responsables de uno de los clubes en la víspera de que la Policía Nacional y la Inspección de Trabajo realizaran una inspección, lo que les permitía eludir las sanciones por emplear a mujeres sin permiso de residencia y otras irregularidades.
Una de ellas relató a la jueza una inspección ocurrida en el verano de 2012 en uno de los locales, cuyo operativo se desmontó después de que el dueño hablara dos o tres minutos con los inspectores en el almacén.
Un camarero del local de alterne más mencionado en las declaraciones, también testigo protegido, incidió en que había agentes municipales a los que tenía orden de no cobrar las consumiciones y que tampoco pagaban por los servicios sexuales.
Varios policías han admitido ante la jueza haber trabajado en seguridad en locales nocturnos de la Playa de Palma, el Arenal, Magaluf y el Paseo Marítimo y han detallado que uno de los agentes implicados era quien llevaba el cuadrante de la vigilancia en dichos establecimientos y además colocó las cámaras de seguridad de varios locales de alterne.
Otro agente compatibilizaba su trabajo de policía con hacer de corredor de seguros para los locales de alterne, además de cobrar por gestionar la limpieza y las máquinas de tabaco, y un tercero instalaba los aires acondicionados.
Fuente: diariodemallorca