Suma y sigue. La oferta para los ciclistas se acaba de ampliar con otros 12,7 kilómetros de carril bici, desde La Fica, en el puente de la avenida Primero de Mayo, hasta el límite con Beniel. La nueva vía corre paralela al cauce del Segura por la margen izquierda, y pasa cerca de los núcleos urbanos de Puente Tocinos, Llano de Brujas, Santa Cruz, Alquerías y El Raal.
La principal mejora con respecto a su 'hermano gemelo' (el carril bici que une El Malecón y la Contraparada, inaugurado el año pasado) es que cuenta con seis cámaras de vídeo conectadas al cuartel de la Policía Local, que permiten mantener una «vigilancia constante». El dispositivo de seguridad se completa con un poste SOS, para avisar de cualquier emergencia a los agentes, y que está instalado en las inmediaciones de la avenida Miguel Indurain.
El disfrute de este nuevo equipamiento de ocio sano se limitará a las horas en que haya luz natural, porque carece de alumbrado público. El Ayuntamiento no quiere quebraderos de cabeza como los que le está dando el carril bici de la Contraparada, donde los ladrones de cobre han destrozado el tendido eléctrico que abastece a las farolas, dejando inutilizada la red. Las reparaciones se han convertido en un pozo sin fondo para las arcas municipales.
La inversión en el vial ciclista Murcia-Beniel ha sido de casi 1,2 millones de euros, financiados con cargo al Fondo Estatal para la Sostenibilidad y el Empleo. El proyecto, ejecutado por el Ayuntamiento de Murcia en un plazo de seis meses, ha permitido recuperar para uso público un espacio degradado junto al río. De hecho, los primeros cinco kilómetros aprovechan los terrenos que se ocuparon en su día para construir una conducción hasta la planta depuradora de Rincón de Gallego. Aquí, los ciclistas -y también senderistas y patinadores- pueden disfrutar a sus anchas, porque se trata de un vial para ellos solos, sin vehículos a motor. El carril, pavimentado de aglomerado asfáltico, tiene 2,5 metros de ancho, y en paralelo se ha levantado una pista peatonal, de dos metros de ancho, con el fin de separar la circulación de ciclistas y senderistas para mayor comodidad de ambos.
Al llegar a la planta depuradora, la configuración de esta nueva infraesctuctura cambia. El carril bici sube hasta la mota del río y se estrecha medio metro. La pista peatonal también sufre un recorte, y se queda en 1,50 metros de anchura. Esta mengua se debe a que la disposición de terrenos es menor debido a la proximidad del cauce. Los usuarios también deben tener en cuenta que este camino es utilizado por los equipos que se encargan del mantenimiento de las márgenes del Segura. Además, en algunos tramos puntuales se cruzan viales pavimentados que pasan por encima de la mota del río, por lo que en estos caos el carril bici se convierte en ciclocalle (uso compartido para bicicletas y coches, con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora).
Cinco conexiones
Los trabajos han servido para realizar una limpieza a fondo en la hilera de árboles paralela al carril bici, una zona llena de matorrales. A lo largo el trayecto se han instalado bancos para el descanso de los usuarios y en las inmediaciones de la Fica se han colocado 24 unidades de aparcabicicletas. Cada dos kilómetros se ha instalado una cámara de vídeo, conectadas al cuartel de la Policía Local, para garantizar la seguridad. A lo largo del recorrido se han habilitado cinco conexiones, para facilitar el acceso desde las distintas pedanías.
La concejal de Medio Ambiente y Calidad Urbana, Adela Martínez Cachá, destaca que el proyecto ha permitido ganar «um amplio espacio para el esparcimiento de los ciudadanos». En cuanto a la posibilidad de conectar los dos carriles bici (el del Malecón-Contraparada y el de la Fica-Beniel), la edil apoya la iniciativa, pero no la ve viable «a corto plazo» debido a la «complejidad técnica» de las obras. Esta unión podría hacerse acondicionado el cauce del Segura a su paso por la ciudad.
Con la entrada en servicio del carril bici hasta Beniel, Murcia ya dispone de una red de 154 kilometros de vías ciclables. Se incluyen desde carriles segregados (como el de la costera norte), carril bici en aceras (paseo Marqués de Espinardo, en dicha pedanía), las ciclocalles de uso compartido (en la avenida de los Pinos, por ejemplo) y la red ciclista de casi 25 kilómetros que corre paralela al cauce del Segura.
La oferta se completa con las denominadas vías amables. Son cinco itinerarios, que suman 30,1 kilómetros, por caminos y carriles de huerta y que atraviesan parajes de una gran riqueza ambiental y paisajística.
Para la próxima primavera, la capital murciana quedará conectada a Caravaca de la Cruz a través de la denominada vía verde: una pista de ochenta y siete kilómetros que aprovecha el antiguo trazado ferroviario ya en desuso. El tramo ahora en obras es el que une Murcia y Baños de Mula, de cuarenta kilómetros. El 'kilómetro cero' de este ramal ciclista se sitúa en el campus universitario de Espinardo, junto a la urbanización Agridulce.
FUENTE: www.laverdad.es