"Una vez, un compañero de clase dijo de broma a Wellington: 'Hombre, tenemos miedo de ti, porque un día matarás mucha gente'", cuenta Bruno Linhares, de 23 años, al periódico brasileño 'O Globo', recordando el tiempo en el que estudiaba con el responsable de la masacre en la Escuela Municipal Tasso da Silveira, en Realengo, Río de Janeiro. "Fue una broma, pero ahora parece una profecía. No sé por qué no hizo eso con nuestra clase", añade el estudiante, que cuando conoció el suceso se desplazó hasta el colegio para prestar ayuda.
Bruno y otros ex colegas desvelaron que el asesino de 12 niños entre 12 y 14 años había sido víctima de 'bullying' (acoso escolar) en la época en que era alumno del colegio. En la clase, Wellington sufría intimidaciones constantemente. Los estudiantes le llamaban 'Sherman', haciendo referencia al famoso empollón interpretado por el actor Cris Owen en la película 'American Pie'.
Según ha informado los jóvenes que estudiaron con el tirador, Wellington también era conocido como 'suingue', pues caminaba cojeando de una pierna. Además, han relatado que Wellington "estaba completamente loco. Era perceptible en la clase que tenía algún problema. Pero nada que lo llevara a hacer eso", opina Bruno.
El estudiante cree que "la escuela debería haber llevado a Wellington a un psicólogo", intentando buscar una respuesta para la violencia desatada ayer.
Despedido por baja productividad
El asesino ha sido descrito por un antiguo colega de trabajo, que pidió no desvelar su identidad, como alguien callado e introvertido. El agresor fue despedido de la Unidad Industrial Rica Alimentos donde trabajaba, debido a su "baja productividad", según informa al periódico 'Folha de Sao Paulo'.
El joven trabajó en la empresa entre febrero de 2008 y agosto de 2010 como auxiliar de servicios generales y fue ascendido dos años después.
Tras el cambio puesto, con más responsabilidad, el desempeño profesional del asesino empeoró mucho, según afirmó el mismo empleado. Seis meses después, fue despedido.
"Era una persona extremamente tímida. Incluso en los eventos sociales mostraba distancia, poca relación con los amigos", ha dicho el ex compañero de trabajo de Wellington.
Después de su despido, el asesino no regresó a la empresa ni volvió a contactar con sus responsables. Según el empleado, los otros trabajadores de la empresa están estado de shock.
Al contrario de lo que opinan los ex compañeros de clase de Wellington, el trabajador cree que el asesino tenía una aparencia inofensiva: "Nunca demostró cualquier reacción violenta en el trabajo", relató.
Familiares y vecinos lo describieron como un chico retraído que quedó marcado en la infancia por el fallecimiento de su madre adoptiva.
FUENTE: www.elmundo.es