Tras la muerte de Guillermo Amieva Gallego, los taxistas de Arriondas y del resto de la región salieron a la calle en señal de luto, pero también como protesta por la inseguridad que ofrece su trabajo, especialmente en los turnos de noche. «En aquel momento todo fueron buenas palabras, que se iba a reforzar la seguridad, que se iban a colocar cámaras para intimidar a los posibles delincuentes.... pero no se hizo nada». El presidente de la Cooperativa de Taxis de Arriondas, Florentino Manuel Blanco, se mostraba ayer indignado por la falta de palabra que en su opinión han demostrado tener los responsables políticos. «Al principio se reforzó un poco la seguridad, pero ya de aquello no queda nada», asegura.
El colectivo ha tomado medidas por su parte instalando mamparas de seguridad en cuatro de los taxis de su flota, en la que trabajan doce personas. Sin embargo, este tipo de instalaciones no sirven «de nada» si no se refuerzan con otras medidas por parte de las fuerzas de seguridad y del propio Ayuntamiento. «De qué sirve que nosotros pongamos mamparas, el que quiere robarnos nos dice que no es capaz de abrir la puerta y tenemos que bajar a abrírsela», pone como ejemplo. Recrimina en concreto que «nada se sepa» de aquellas cámaras de seguridad que en su día se comprometió a instalar el entonces alcalde de Parres, Manuel Millán García. «Él dice que lo dejó todo listo para que se colocaran, pero el alcalde actual lo niega», recrimina.
Blanco asegura que ninguno de sus compañeros ha podido olvidar lo ocurrido al joven Guillermo en acto de servicio y lamenta que, pese a aquel dramático suceso, su trabajo siga siendo igual de peligroso que año pasado. Como muestra, comenta, sus compañeros de Cangas de Onís han optado por dejar de ofrecer servicios nocturnos. Para la cooperativa parraguesa eso es inviable porque, con el hospital Grande Covián, se sienten obligados a ofrecer un servicio las 24 horas del día a sus vecinos.
FUENTE: www.elcomercio.es