Los hoteles de lujo de Barcelona recurren a la seguridad privada
Seguridad privada. Esta es la solución que están encontrado los hoteles de lujo de Barcelona ante la epidemia de robos a turistas en las salidas, el hall, las habitaciones y los salones de desayunos. Los alojamientos de cuatro estrellas y superiores están recurriendo a vigilantes ante el nuevo crimen de la Ciudad Condal, en el que los turistas están en la diana.
Así lo han denunciado empleados de los establecimientos del segmento premium y empresas de transporte asociadas a los alojamientos. Los primeros han admitido que "la situación se ha vuelto insoportable. Los hoteles han tenido que contratar seguridad y colocar cámaras". Los segundos, que "no pueden dejar tranquilos a sus clientes ante la recepción, ya que las bandas que roban al descuido los están esperando". Quizá por ello, si el Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB) pedía ayer una estrategia de "eficiente, contudente y constante" contra el crimen y el incivismo en la ciudad, los segundos también actuarán. "Pediremos una reunión con los Mossos d'Esquadra porque desencochar a los turistas se ha vuelto un infierno", indicó ayer Sergi Aduà, de la patronal Luxury VTC. ¿A qué se refiere? "Los ladrones ya esperan en el aeropuerto. Rondan por el párquin y roban maletas cuando los visitantes están esperando a su vehículo de alto nivel. También hay peligro cuando bajan del coche a hacer el check-in", aclaró el también empresario.
"Check-in y check-out y desayunos, un peligro"
Esta versión la han suscrito empleados de dos de los hoteles de lujo cercanos a la zona de Gran Vía de Barcelona. Desde Cotton House Hotel han admitido que "los robos han ido a peor", hasta el punto que el alojamiento de la cadena Marriott ha reforzado la seguridad y ha colocado cámaras de videovigilancia. "A veces te encuentras a gente que no es del hotel merodeando por el hall, como despistada. Se fijan en las maletas de los turistas que están despistados para llevárselas", ha señalado. Otro empleado, en este caso del Palace Hotel Barcelona, ha aportado más datos. "Son gente de todas las nacionalidades. Visten con gorra y, a veces, gafas de sol, para impedir que se les reconozca y, a la vez, confundirse con los huéspedes", ha indicado.
Pese a que la familia real catarí sufrió un robo de 100.000 euros en su propia habitación en el Hotel Monument, la misma fuente ha reconocido que los momentos más peligrosos son el check-in y el check-out. ¿Por qué? "Porque se juntan grupos de gente que entran y salen del hotel. Tienes que discernir muy bien quién es un huésped y quién no lo es para evitar sorpresas", ha admitido. Otra fuente, en este caso del Sofía Barcelona, otro hotel de cinco estrellas, ha subrayado que existe otro momento delicado. "Los desayunos. Cuando los clientes se levantan para servirse y dejan su maletín u ordenador en la mesa. Es el momento perfecto. Por ello avisamos una y otra vez a los comensales que vigilen sus pertenecencias. A menudo no se lo toman bien", ha lamentado.
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Fuente: Cronicaglobal