Doce son los "indicios de responsabilidad criminal" que han llevado al juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, a procesar al ex director general de la Policía y la Guardia Civil, Víctor García Hidalgo, el jefe superior de la Policía en el País Vasco, Enrique Pamies, y el inspector José María Ballesteros, por el 'chivatazo' a ETA.
El 'chivatazo' se produjo el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún: una llamada al 'cobrador de ETA' y propietario del bar Faisán, Joseba Elosúa, -a través de un teléfono móvil que le entregó un desconocido- impidió el desarrollo de una operación policial contra el aparato de extorsión de la banda terrorista.
1. La conversación del 'cobrador de ETA' y su yerno
Una conversación entre Elosúa y su yerno, Carmelo Luquín, aquel 4 de mayo desvela que el primero tenía "conocimiento del contenido de la filtración sobre importantes detalles de la investigación policial y judicial", de acuerdo con el auto.
Elosúa y Luquín fueron grabados -mediante el sistema de audio que se había instalado en el coche del dueño del bar Faisán- durante su viaje en coche desde Irún a Bayona para encontrarse con el enlace de ETA José Antonio Cau Aldanur, cuya detención fue frustrada por el 'chivatazo'.
2. Las declaraciones de Elosúa durante la instrucción
Tanto de la declaración de Elosúa como de su conversación en el coche queda patente "su percepción de que las personas que se estaban dirigiendo a él eran funcionarios de policía", según el auto.
Ya en su primera declaración, el propietario del bar Faisán explicó que "la persona que se le acercó 'hizo una llamada por teléfono móvil, pasándoselo para que hablase con un compañero'". "Ya está! compañero. Son maricones o son maderos", dijo a Luquín. Durante el viaje con su yerno, se refiere a la persona que le entregó el teléfono "como un policía, un 'txakurra', 'la txakurrada', 'un poli', 'un madero', 'los maderos'".
En este punto, el juez Ruz apunta a Ballesteros: "El funcionario policial que presuntamente hace entrega del teléfono móvil a Elosúa en el interior del bar Faisán desconoce tanto la ubicación geográfica del domicilio de Elosúa como a sus familiares y al propio Joseba Elosúa Urbieta (...), quien a su vez manifiesta que era la primera vez que veía a este funcionario,excluyendo la posibilidad de que tal persona fuera uno de losfuncionarios del ámbito de la investigación en curso".
Asimismo, "todas las descripciones [físicas sobre la persona que le entregó el móvil] facilitadas [por Elosúa, su mujer y su cuñado] "presentan aspectos diversos de gran similitud o encaje con la apariencia física del señor Ballesteros en la referida fecha"
3. El tráfico de llamadas la mañana del 'chivatazo'
El análisis sobre el tráfico telefónico en las inmediaciones del bar Faisán reduce a 63 el número de llamadas a la hora en que se produjo el chivatazo. "Únicamente una llamada aparece efectuada entre los dos sujetos que son funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, (...) siendo titular y usuario del primero José María Ballesteros, mientras que la titularidad del segundo corresponde a la Dirección General de la Policía, estando atribuido su uso al Jefe Superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamies [también procesado]", señala el auto.
4. La confirmación de los informes periciales de telefonía
Los informes realizados por cuatro peritos "permiten confirmar larelevancia de la cadena de llamadas efectuadas por el señor Ballesteros, que sucesivamente se producen primero (...) cuando a las 11:04 se encuentra presuntamente junto al domicilio del Elosúa y llama al señor Pamies (...) y posteriormente ya desde la zona del bar Faisán", dice el juez.
5. Diligencias que refuerzan la implicación de los imputados
Un estudio pericial de las imágenes de cámaras de videovigilancia que filmaban la entrada del bar Faisán no descarta la presencia de Ballesteros. Además, explica el juez, el propio imputado reconoció "su presencia física en la totalidad de imágenes tratadas como indubitadas, correspondientes a la grabación de los hechos efectuadas en fecha 4.05.06".
6. Las 'contradicciones de relevancia' de Ballesteros
"Ante la confirmación de la presencia del imputado señor Ballesteros junto al acceso principal/norte del bar Faisán", "no advierte este instructor (....) que exista una versión acorde a las máximas de la lógica o la razón que permita explicar sin incurrir en incongruencia la presencia del señor Ballesteros en la zona (...) en tramos horarios tan significativos", señala el auto.
Ballesteros declaró que se encontraba en la zona porque Pamies le había encargado vigilar la presencia policial en la frontera con Francia y explicó que recordaba haber tomado un café en un bar, pero no sabía si fue el Faisán. "No recuerda" y "no sabe" son frecuentes en la declaración.
Sólo después de mostrársele las imágenes de videovigilancia "viene expresamente a admitir que sí estuvo en el bar", un "hecho significativo", según el juez, que también encuentra "contradicciones de relevanciaen relación al desplazamiento [si cobró dietas o no] que lleva a cabo el señor Ballesteros desde su lugar de trabajo, Vitoria, hasta la localidad de Irún".
7. La versión de Pamies 'carece de fuerza exculpatoria'
Otro de los imputados, el jefe superior de la Policía en el País Vasco Enrique Pamies, explicó en su declaración judicial que había encargado a Ballesteros la vigilancia de la frontera porque tenía una cita con un confidente policial en el sur de Francia, de ahí su presencia en Irún. Pero según el juez "resulta contradictorio" que hubiese encomendado esa misión al inspector de Vitoria y considera que esta versión "carece por el momento igualmente de fuerza exculpatoria".
A juicio de Ruz, la declaración de Pamies "carece de consistencia o coherencia (...) ni obedece a criterios lógicos que puedan ser tenidos como razonables o verosímiles", dice el juez instructor, quien recuerda que el imputado "ostenta la Jefatura Superior de Policía del País Vasco y conoce con certeza que en la frontera (...) la presencia de UIP [Unidades de Intervención de la Policía] es diaria".
8. Elosúa recibió 'datos de conocimiento restringido'
También se desprende de la grabación del coche de Elosúa que entre los datos proporcionados al 'cobrador de ETA' había algunos "datos concretos, específicos y recientes de la investigación, de conocimiento restringido, limitado a un círculo reducido de funcionarios", según el auto, que pone por ejemplo el conocimiento de la operación para detener a Cau Aldanur y la llamada -fruto de la observación del teléfono del Faisán- en la que se dice que el etarra va a venir a España a recibir "nueve botellas de vino" (nueve millones de pesetas) de Elosúa.
"El jefe superior señor Pamies conocía en la fecha y hora en que suceden los hechos todos los extremos objeto de la investigación que le son revelados a Joseba Elósúa (...), siendo una de las pocas personas que podía tener acceso a toda esa información", asegura el auto.
9. Las 'consecuencias inmediatas' del chivatazo
El juez Ruz relata algunas de las "consecuencias inmediatas" de la llamada que recibió Elosúa aquel 4 de mayo: el dueño del Faisán llamó a Cau Aldanur "solicitando hablar con él urgentemente" y en su encuentro en Francia no hubo "entrega de sobres conteniendo dinero entre Elosúa y Cau, lo cual determinó la falta de actuación en Francia del operativo".
"Una vez frustrada la operación, se registra una comunicación entre Pamies y el director General de la Policía [el tercer imputado, Víctor García Hidalgo]", señala el auto.
10. Un exceso de llamadas entre los imputados
Precisamente, las excesivas comunicaciones entre los imputados es otro de los indicios que ve el juez: los días 3 y 4 de mayo, Pamies se comunicó con el Director General de la Policía 10 veces, con la jefa de Sección de Análisis (a quien el auto apunta como la persona que pudo comunicar a Pamiés información de conocimiento restringido que recibió Elosúa) 15 y ocho con Ballesteros.
"El tráfico de llamadas analizado entre los investigados revela una clara disfunción en el normal y habitual funcionamiento de la cadena jerárquica de mando", asegura el juez. "Las comunicaciones no se establecen verticalmente. Existen saltos cualitativos notables que sólo pueden justificarse en la 'relación de confianza' (...) que por sí misma difícilmente justificaría el exceso de llamadas".
11. Omisiones en la cinta de videovigilancia
La cinta de videovigilancia que grababa en la zona exterior del Faisán por un equipo de funcionarios de la UCI tiene "dos cortes o interrupciones de la grabación", en torno a la hora en que se produjo el 'chivatazo', si bien Ballesteros llegó al bar un poco más tarde.
"Ninguno de los informes periciales ha podido arrojar una prueba concluyente sobre la causa de los dos cortes, decantándose los peritos de la Guardia Civil por la hipótesis de manipulación por un ordenador en tiempo real, bien intencionadamente o bien negligentemente", dice el auto.
12. 'Duda razonable sobre la veracidad' de Elosúa
El pasado mes de abril, Elosúa no reconoció a Ballesteros como la persona que le pasó el móvil desde el que se produjo el 'chivatazo'.
Tras analizar "las consecuencias procesales de la falta de reconocimiento", el juez parece restarle importancia dada la "duda más que razonable sobre la veracidad, o la fidelidad a la realidad, del testimonio prestado por Elosúa tras haber transcurrido cinco años desde la comisión de los hechos", sobre todo "contando además con ladescripción física de la persona investigada, perfectamente compatibles con las imágenes grabadas sobre la persona de José María Ballesteros".