El sistema de videovigilancia de la flota de DBus graba decenas de infracciones. Las cámaras en el interior de los vehículos registran accidentes de tráfico, actos vandálicos e impagos del billete
Si planea delinquir en el autobús urbano piénseselo dos veces. Seguro, pero seguro, que le pillan. Por mucho que actúe con cuidado. Como aquel hombre que sigilosamente hizo un hueco en su mochila para poder esconder el bolso que calculó que una pasajera que hablaba muy concentrada por el móvil olvidaría, como así ocurrió. A la semana, la policía apareció en su domicilio para reclamarle aquella bolsa, que además contenía 3.000 euros. También lo sabe a su pesar el chaval que, completamente solo en el autobús, decidió dejar su firma con un rotulador en un asiento. No pensó que le cogerían, era el único pasajero. Pero también dieron con él. No inmediatamente sino que, como en el caso del ladrón, la policía se puso en contacto con él a los pocos días. Ya habían averiguado quién era y dónde podían encontrarle. Las grabaciones de las cámaras interiores de los autobuses de la Compañía del Tranvía de San Sebastián-DBus, unidos en algunas ocasiones a la información derivada de las tarjetas con que se paga el billete, facilitan la identificación de los infractores desde hace ya dos años. Así que lo dicho, si va a delinquir en el autobús, piénseselo mucho, porque los Sistemas Inteligentes para el Transporte (ITS) que utilizan estos vehículos y que les han colocado en primera línea a nivel mundial, le pueden jugar una mala pasada.
Cuatro cámaras
El interior y el exterior de los autobuses es permanentemente filmado por cuatro cámaras colocadas estratégicamente y conectadas a un centro de control remoto ubicado en Cocheras. Ya las habrá visto, y si no, fíjese en el techo de su autobús y verá una especie de aparatos con forma de flanes invertidos de color negro colocados en diferentes puntos. Son muy discretos, pero lo graban todo, así que cambiarse de asiento no le librará de ser filmado. Pues bien, estas cámaras -son cuatro- forman parte de un moderno sistema de videovigilancia que comenzó a funcionar en 2009 con el objetivo de «garantizar la integridad de las personas y de los vehículos», explica Javier Vallejo, el jefe de planificación y servicio de la compañía de transporte de San Sebastián.
La videovigilancia se integra dentro de un sistema inteligente para el transporte que cuenta además con otras tecnologías aplicadas, «todas destinadas a mejorar la calidad del servicio», añade. Además, ofrecen la posibilidad de generar alarmas en tiempo real ante cualquier incidente. Por ejemplo, la cámara frontal que graba la carretera de frente y su conexión con un centro donde se reciben las imágenes, la hace muy eficaz a la hora de identificar el lugar exacto donde se está produciendo un accidente de tráfico y gestionar de manera inmediata la intervención de los servicios de emergencia y del orden público.
Así como para obtener información en tiempo real del estado del tráfico en las ciudades y en las carreteras. «Cada vehículo se convierte en una fuente continua de información sobre el tráfico», añade Vallejo.
En esta línea, recuerda una nevada en la ciudad que supuso el colapso de varias calles y en la que los autobuses jugaron un papel clave a la hora de coordinar los servicios de emergencia y avisar a la Guardia Municipal de la situación en las calles para que pudieran regular el tráfico en la ciudad. Los autobuses que circulaban por diferentes zonas fueron informando a la policía municipal sobre el estado de cada calle gracias a las imágenes que iban grabando mientras circulaban y que llegaban al centro de control.
Accidentes filmados
Los vídeos guardados en Cocheras también son de mucha utilidad incluso cuando ha pasado ya tiempo desde la filmación, sobre todo para esclarecer accidentes. De hecho, la mitad de las veces que se requirió un vídeo a la CTSS fue para aclarar incidentes de tráfico.
Le siguieron los robos (19% de vídeos solicitados), los problemas con usuarios (9%), las caídas de pasajeros (6%), las agresiones y situaciones de acoso (4%), los aparcamientos ilegales (3%), el vandalismo, que en Donostia se traduce sobre todo en pintadas en el interior del autobús (3%) y el fraude, consistente más que nada en colarse en el autobús sin pagar (2%).
Eso sí, cualquiera no puede solicitar un vídeo. La copia de las grabaciones se entrega solo bajo petición judicial o a cuerpos policiales, la explotación es en tiempo real o en diferido en un centro de control específico y se avisa a los viajeros de posibles grabaciones mediante letreros a bordo. Son las normas de la Ley de Protección de Datos.
Y, la verdad es que las peticiones de estas copias no dejan de aumentar. En 2009 entre la Guardia Municipal y la Ertzaintza solicitaron a la compañía del tranvía dos grabaciones, pero en 2010, en cambio, 47.
Y en lo que va de año, hasta el 30 de junio, ha habido 16 peticiones, explica Vallejo. Además, la videovigilancia fue de utilidad para la investigación de sucesos y en 2009 descargaron 16 vídeos, en 2010, 142 y en 2011 llevan descargados 67 hasta el pasado 30 de abril.
Caídas falsas
Los vídeos han resultado útiles para dilucidar pequeños sucesos dentro de los propios autobuses. Vallejo recuerda casos en los que un vehículo ha frenado bruscamente provocando la caída de algún pasajero y han tenido que llamar la atención al conductor. Pero también casos en los que un pasajero ha fingido haber sufrido un daño por «haber caído al suelo» tras un frenazo del autobús y que las cámaras han demostrado que se trataba de una acusación falsa convenida, además, entre varios pasajeros.
Asimismo, han registrado situaciones de acoso tanto dentro del autobús, al propio conductor por ejemplo, como en el exterior, en las paradas y sus inmediaciones. «Aún así, estos casos son los menos», indica.
Otra situación que han solido detectar es el impago del billete, sobre todo entre grandes grupos de personas que acceden al autobús a la vez y en tumulto. «En alguna ocasión un conductor nos ha dicho 'creo que en esta parada de este instituto hay un par de personas que se me cuelan cada semana', y revisando el vídeo correspondiente -porque están perfectamente catalogados y archivados por fecha, línea y autobús- hemos visto que, efectivamente, así era, chavales que aprovechando el barullo se cuelan».
No siempre es fácil controlar los impagos «ni realmente merece la pena», admite Vallejo, ya que no pueden visualizar todos los momentos de pago que se realizan encada autobús cada día, pero a veces el mismo conductor se percata de que algo raro está sucediendo y entonces sí, se visualiza el vídeo para tratar de esclarecer qué ha pasado y tomar medidas.
En definitiva, la tecnología más avanzada ha convertido los 'sencillos' autobuses urbanos en máquinas multiusos capaces de atender y dilucidar multitud de situaciones, desde accidentes hasta robos menores, así que lo dicho, si tiene la tentación de delinquir en el autobús, piénseselo mucho.
FUENTE: www.diariovasco.com