Creo que ha llegado el momento de iniciar una campaña para mejorar la seguridad de la estación del metro Passeig de Gràcia. Ya sé que la parte de las instalaciones de la línea 3 está así como museo, para que veamos cómo eran las estaciones durante la guerra civil, e incluso me han explicado que el hollín del techo de los pasillos es de aquella época; que la falta de limpieza del túnel de acceso a la vía 2 pretende dar una imagen de realismo, como de refugio abandonado, y que la ausencia de personal en las dependencias responde al momento crítico de una alarma por ataque aéreo. Lo que quiero es que colaboremos todos en mejorar las condiciones de un grupo de personas que `trabajan¿ todos los días desde la mañana hasta la noche, de diez a diez, sin descanso, con una productividad alemana, o, en este caso, balcánica. Prefieren como clientes a mujeres y a turistas extranjeros, pero no le hacen ascos a nadie; se mueven por igual en los andenes del metro y los de Adif-Renfe Rodalies, y siempre tienen una sonrisa para los miembros de seguridad. Reclamo, y espero el apoyo especial de los sindicatos, que este grupo disponga de un vestuario, con duchas y taquillas donde poder depositar el fruto de su sudor (y del ajeno). Y hay que facilitarles un régimen especial de cotización y un control de las horas extraordinarias, y considerar sus derechos a unas vacaciones. Y, sobre todo, que estas personas ya saben que, como repiten los altavoces de la estación, ¿para su seguridad, el metro dispone de videovigilancia¿. Por eso, ellos se sienten tan seguros. Los demás, para quienes la videovigilancia y la ley no sirven para nada, lo que necesitamos es que no nos mortifiquen emitiendo el dichoso mensaje cada 30 segundos. Por favor. Gracias.
FUENTE: www.elperiodico.com