No necesitan ni Facebook ni Twitter. Hace años que patentaron el mejor sistema de red social, y en la que solo pueden entrar ellos: la emisora de radio-taxi. Unos a otros se llamaron por su red interna y se citaron para una manifestación, que realizaron anteanoche y una asamblea y concentración, que se celebró ayer por la mañana en la explanada de Martiricos. Pero se olvidaron de avisar a los malagueños con antelación. Concentrados estuvieron ayer viernes desde las ocho hasta las dos de la tarde, seis horas en las que la ciudad estuvo sin servicio de taxi. Desasistida. Un recorrido en coche para verificar el seguimiento desde Juan Sebastián El Cano hasta el paseo marítimo de Poniente lo corroboraba: ni una sola luz verde encendida.
Todo empezó en la tarde de anteayer, cuando dos asalariados del taxi estaban en la cola de los servicios precontratados por los clientes a las puertas de la estación de trenes María Zambrano. Una patrulla, según los testigos, amonestó a los taxistas y les indicó que debían dejar ese lugar. Más tarde, al ver que los taxistas no lo habían hecho les multaron, lo que desató la ira de otros compañeros que estaban en la zona, que increparon a los agentes.
La Policía Local afirma que los mismos se sintieron acorralados, por lo que requirieron refuerzos. Los taxistas, por su parte, manifiestan que uno hasta hizo amago de sacar el arma reglamentaria. Y para finalizar, los agentes denunciaron a varios de los taxistas que habían participado en el rifirrafe. Los ánimos se caldearon, por lo que los asalariados estuvieron movilizados anteayer por la noche y ayer por la mañana, donde quedaron citados a las ocho en la explanada de Martiricos para una asamblea.
El tono de la reunión subía conforme iban llegando los taxis a la explanada. «Hombre, ya está bien, que nos tienen cosidos a multas», gritaba Javi, con el asentimiento de los demás. Antes de las diez iniciaron una manifestación, sin previo aviso, que partió de la explanada hasta la Jefatura de la Policía Local de Málaga, en la avenida de la Rosaleda, donde sus representantes tenían una reunión con los dirigentes de este cuerpo. De un lado, presidente de Aumat, Rafael García y Francisco Soria, de Taxi Unión, entre otros; y del otro, el coordinador del Área de Seguridad, Florentino Villabona y el superintendente de la Policía Local, Pascual Sánchez Bayton, entre otros representantes.
Una vez allí, pitadas, gritos y subidas de tono provocaron incluso que dos furgones con agentes de la Policía Nacional se personasen a las puertas de la Jefatura. Los agentes de la Policía Local aguantaron la concentración y solo les apartaron cuando obstruían el tráfico. «Que nos respeten, que estamos trabajando», gritaba uno de ellos cuando sus dirigentes salían de las dependencias. Los policías locales se mantenían impasibles.
De vuelta a Martiricos. Asamblea. Eran las 12.15 horas. El presidente de Aumat, Rafael García, se encaramaba solemne a un huequecito del muro de ribera del Guadalmedina. Abajo, la multitud esperando noticias. «Van a facilitar nuestro trabajo, luchar contra el intrusismo y controlar las multas que nos pone el cochecito de la cámara; se han comprometido», manifestó.
No era suficiente. Los asalariados querían un acta firmada de la reunión por lo que García tuvo que improvisar una llamada al coordinador de Seguridad, Florentino Villabona. Nuevo compromiso de que los mandos de la Policía Local entregarán el acuerdo de la reunión firmado. «Hasta que no lo firmen, no nos movemos; ya está bien de palabras que no van a ningún sitio», indicó Pedro. Mientras Mónica, la taxista más conocida del gremio por haber sido multada por vestir con minifalda, jaleaba el patio: «¿Dónde está ese compromiso? A que me subo yo al muro», espetó. A lo que uno de sus compañeros le dijo en tono de guasa: «Mónica, tú no, que tienes la falda muy corta y la lengua muy larga». Risas.
Lectura del acta
Corrillos. Y a las 13.15 horas subía el miembro de Taxi Unión Miguel Ángel Chamero con el acta de la reunión y el compromiso firmado de la Policía Local. Cinco puntos, que se resumen en las siguientes ideas: los agentes inspeccionarán las paradas turísticas (Puerto y Vialia) para evitar que haya vehículos particulares estacionados y se usará el servicio de grúa cuando los asalariados lo soliciten; se revisarán periódicamente las denuncias del vehículo de vídeo vigilancia (para ver las multas de los taxis). En tercer lugar, en la zona de Vialia y Eroski, la Policía Local se compromete, siempre que sea posible, a enviar a una patrulla los días de diario (para evitar el intrusismo); cuarto, los agentes recibirán cursos sobre la normativa de transporte público; y por último, en un mes habrá una reunión de seguimiento.
Tras varios gritos y paradas, Miguel Ángel acaba. Quejas de los más jóvenes, que proponen seguir con la manifestación. De nuevo, tensión, hasta que poco a poco, a las 13.45 horas deciden disolverse y levantar la asamblea. Los estómagos empiezan a sonar y más de uno enfila hacia su casa. Se reanuda el servicio.
FUENTE: www.diariosur.es