Los usuarios del puerto, con el presidente del náutico, Fernando Caamaño Castro, a la cabeza, aseguran que han denunciado todos los ataques sufridos aunque a estas alturas consideran poco probable su resolución. Las esperanzas para acabar con el problema pasan por el cierre de las instalaciones y la colocación de cámaras de videovigilancia.
Estas actuaciones ya están comprometidas por Portos aunque los trámites burocráticos las retrasan más de lo que desearían los afectados. Entre tanto, algunos agentes de la Policía Local, por iniciativa propia, patrullan la zona con intención disuasoria. Tienen sospechosos aunque por el momento no hay pruebas concluyentes que permitan su detención.
La vigilancia del puerto, según reconoce el propio Caamaño Castro, resulta muy complicada. «Ao mellor hai algún xubilado que vai todos os días, pero a maioría botamos dúas ou tres semanas sen baixar ata alí. No verán hai xente, pero con este tempo é imposible, así que estamos sempre co corazón nun puño», comenta. Él, igual que su hermano, tiene la embarcación asegurada por lo que pueda pasar, pero insiste en que eso no es garantía de nada «porque o seguro nunca che vai pagar o que realmente vale a lancha, nin o que che custou».
FUENTE: www.lavozdegalicia.es