La instalación de videovigilancia para combatir el vandalismo en los parques ha conseguido erradicar estos actos incívicos en La Ereta, donde en agosto comenzaron a funcionar nueve cámaras controladas por una empresa privada en conexión con la Policía Local. El balance de esta experiencia piloto no puede ser más positivo ya que en estos primeros seis meses de funcionamiento del sistema "los actos vandálicos se han reducido a cero", según explicó el concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens. Daños a papeleras y bancos y elementos de riesgo en forma de botellas rotas han desaparecido así como el mayor problema que se generaba en esta zona verde por su ubicación en las faldas del monte Benacantil: los campamentos de transeúntes. La presencia de cámaras persuade a las personas que acudían con tiendas de campaña a dormir en el parque, así como a las bandas "más o menos organizadas" que coaccionan a los usuarios de estos espacios públicos.
La erradicación de los actos incívicos en La Ereta ha llevado al Ayuntamiento a insistir ante la Subdelegación del Gobierno para que les autorice la instalación de más cámaras en otros tres parques de la ciudad que sufren un alto nivel de vandalismo como El Tossal y Lo Morant especialmente, y El Palmeral. "La reducción de los actos vandálicos amortiza lo que se gasta en este sistema", un presupuesto de 40.000 euros para más de 50 cámaras y seis servidores de control. Llorens apuntó que esta actuación generaría, además de una mejor conservación de los parques, un importante ahorro, ya que el Ayuntamiento se gasta al año más de 400.000 euros en arreglar los destrozos provocados por los autores de los actos vandálicos. Algunos de los monitores están ya instalados en El Tossal, aunque el Ayuntamiento no los puede poner en funcionamiento hasta que no tenga el permiso de la Subdelegación. En este parque, el principal problema son los ataques contra el mobiliario urbano, sobre todo contra las farolas, que han tenido que ser repuestas en diversas ocasiones después de que personas no identificadas las hayan sacado de su sitio a patadas. Las pintadas también preocupan, aunque menos, porque un equipo de grafólogos de la Policía Local identifica a los autores. El Palmeral es otro parque en el que ya hay cámaras colocadas a la espera de autorización.
La desaparición de bancos y la utilización de las papeleras como sacos de "boxeo", ya que las arrancan "a golpes", son otros daños comunes. Mención aparte merece Lo Morant, donde "se llevaron la taza del water de los aseos". Este parque y el del monte Tossal son los que sufren más ataques.
Aunque de momento el Ayuntamiento no ha pedido permiso a la Subdelegación para instalar cámaras en el parque de Canalejas, éste es otro que preocupa por los reiterados daños al patrimonio aunque se considera que está más protegido al ser un parque del entramado urbano. La fuente del Niño Flautista fue destrozada la pasada primavera poco después de ser restaurada. "No sabemos si fue una patada o un mazazo pero fue de lo más grave". La Policía no pudo descubrir al autor de la gamberrada.
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