El propietario de la cadena de supermercados Maskomo asegura que la fórmula comercial en los centros de abastos es "muy antigua" y reclama más servicios como la apertura por las tardes o el pago con tarjeta.
Sergio Cuberos no para. Está al frente de la cadena de supermercados malagueña Maskomo y ocupa diversos cargos de responsabilidad en varias instituciones y asociaciones empresariales. Lucha, como puede, contra las grandes cadenas de alimentación y, por ahora, está teniendo éxito ya que emplea a 420 personas y factura en torno a 54 millones de euros. Amable, directo y con buenas dotes para la comunicación, nos recibe en su despacho, situado en una gran nave en el polígono Santa Teresa.
-Propietario de una cadena de supermercados malagueña ¿cómo se puede luchar con los grandes trasatlánticos nacionales y extranjeros?
-Hay que buscar fórmulas para unirse a otros. Formamos parte de una central de compras que se llama Euromadi que funciona a escala nacional y europea. De esta forma, podemos tener marcas blancas propias que son imprescindibles para poder competir. Todos juntos en este grupo somos los terceros fabricantes de marcas propias por detrás de Carrefour y Mercadona.
-¿Cuántos supermercados tienen en estos momentos?
-Tenemos 46 centros entre Málaga, Granada, Sevilla y Cádiz.
-¿Van a abrir más?
-El año pasado abrimos cinco centros y en 2011 queremos hacer lo mismo, aunque nos centraremos en las cuatro provincias en las que ya estamos.
-¿Tienen franquicias?
-Tenemos 38 centros propios y ocho franquicias. Estamos abiertos a abrir más franquicias siempre que sea un proyecto serio porque hay mucha gente que se arrima pero luego no tiene los medios económicos necesarios, el conocimiento o después de un tiempo ve que esto es muy duro y decide abandonar. Poner una tienda con tu nombre y luego cerrarla da muy mala imagen.
-Hace dos años se planteaba invertir 9 millones de euros en un nuevo centro logístico. ¿Qué ha ocurrido con ese proyecto?
-Seguimos igual, pero con más interés porque la necesidad es mayor. Estamos buscando suelos a unos precios decentes. Antes lo que había era muy caro y en lo nuevo no se podía hacer nada porque no estaba aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Málaga. Espero que de aquí a seis meses podamos tener algo más concreto.
-¿Qué buscan?
-Una superficie con 40.000 metros cuadrados de suelo y 20.000 metros cuadrados de techo, preferentemente en la capital aunque también hemos visto cosas en Antequera y otros pueblos.
-¿Como fue el año pasado para Maskomo?
-Hemos incrementado las ventas un 6% hasta los 54 millones de euros. Ha sido un año difícil porque la gente compra más barato o compra menos y cuesta bastante trabajo repetir la facturación, pero hemos conseguido aumentarla gracias a la apertura de nuevas tiendas.
-La crisis ha traído consigo una caída del consumo general. ¿Se ha notado también en algo tan básico como la alimentación?
-Está claro que una persona se quita antes de comprar una nueva casa o un electrodoméstico que de comer pero, dentro de la alimentación, el cliente busca cosas más baratas pero que sean de calidad. La marca blanca está teniendo un peso enorme, ha crecido un 25% en un año y un tercio de todo lo que vendemos ya es marca blanca. Ocurre, por ejemplo, porque nosotros vendemos una leche a 0,49 euros que la envasa la misma empresa que vende con su marca propia a 0,80 euros.
-El consumidor se pregunta cuál es el truco.
-En el caso de la leche, el truco está en que las marcas tienen unos cupos y un compromiso de recogida. Les sobra producción pero no pueden bajar el precio en su marca propia porque parecería que están perdiendo calidad ni pueden dejar de envasarla porque se les caducaría. Nosotros hemos llegado a un acuerdo con ellos y nos envasan con la marca blanca todo su exceso de producción a un precio más barato. Con el resto de productos, las galletas, la pasta, el aceite, los embutidos etcétera ocurre igual.
-¿Es el consumidor menos pejiguera en un supermercado que en otro tipo de comercios?
-Yo creo que sí. Nuestros supermercados son de barrio y suele haber una gran relación con el cliente. Es un punto de encuentro del barrio para charlar y contarse sus cosas. La gente ahora compra más al día y no como antes, que se hacía una compra al mes en un hipermercado. Las cadenas de supermercados son ahora tan competitivas en precio como cualquier hipermercado.
-¿Cómo será el supermercado del futuro?
-Tendrá más servicios. El cliente quiere hacer una compra mucho más completa. Vamos hacia un súper de 1.200 metros cuadrados con aparcamiento.
-¿Se incluirán productos que no sean solo de alimentación como, por ejemplo, de telefonía móvil?
-No creo que vaya por ahí. La alimentación y la limpieza del hogar seguirán siendo lo básico. Se ha intentado meter cosas de bazar, pero el cliente necesita un gran surtido y para ello tendría que haber 500 ó 600 metros cuadrados para poder ser competitivo con un chino. Hay muchas tiendas de electrodomésticos y de otro tipo y es difícil entrar ahí.
-Una crítica habitual de los consumidores es que la fruta, la verdura o la carne en un supermercado no tiene la misma calidad que en un mercado de abastos. ¿Es verdad o es una leyenda urbana?
-Depende de donde vengan los productos. Está claro que si un supermercado tiene su plataforma de distribución en Bilbao, Valencia o Madrid y tienes que recibir productos frescos tarda más. En nuestro caso compramos en el mercado mayorista de Málaga, por lo que tenemos los mismos proveedores que cualquier mercado de abastos, ya que no almacenamos nada.
-Usted ha defendido en otras ocasiones la idea de poner supermercados dentro de los mercados. Parece que no le han hecho mucho caso.
-Creo que es interesante para los supermercados, para el Ayuntamiento porque puede compartir los costes, y para los puestos del mercado porque el cliente quiere hacer una compra global. No solo quiere carne o pescado, sino aceite, droguería, el pan... En los mercados no hay ahora un servicio a domicilio, un pago con tarjeta. Los mercados necesitan cambios y podemos ir de la mano.
-Usted empezó como charcutero en Atarazanas ¿qué futuro cree que tienen los mercados de abasto?
-Están muy antiguos. Yo me retiré en los años 70 y ahora los productos y la forma de venderlos es la misma de hace 40 años. Los tenderos tienen que evolucionar porque los clientes necesitan más servicios.
-Una de las reclamaciones realizadas por la sociedad local es que estos mercados abran por la tarde ¿cree usted que deben hacerlo?
-Está claro que al profesional que tiene un puesto en el mercado no le interesa tener a más gente contratada pero está dejando de dar un servicio y lo puede acabar pagando. El sábado es el día de más facturación y si te quitas cuatro o cinco horas por la tarde es complicado. Hay muchas personas que solo pueden ir el sábado a comprar y tiene que ser en esas cuatro horas por la mañana, de 10:00 a 14:00, por lo que todo el mundo está fastidiado porque hay mucha gente, tienes que esperar...
-Otro debate abierto es si los comercios, al menos del centro histórico, deberían abrir todos los domingos para atender a los cruceristas.
-La Ley de Comercio ya permite que cualquiera que tenga un comercio de menos de 300 metros cuadrados pueda abrir todos los días del año si le interesa. El crucerista no busca alimentación o bancos sino algún producto para comprar. Abrir todos los domingos solo beneficiará a los grandes y no tiene nada que ver con los cruceristas. No creo que un turista que viene en un crucero vaya a ir a un centro comercial a comprar nada sino a hacer un recorrido por el centro. Hay que tener en cuenta que hay domingos que vienen cruceros y otros no, por lo que no siempre hay negocio.
-Entiendo entonces que no es partidario de que haya libertad total de horarios.
-Está bien que la gente pueda comprar, pero a mí también me gustaría poder ir al banco los domingos y hacer mis papeles en los centros oficiales. En el Ayuntamiento prácticamente no se puede hacer nada un viernes a partir de las 13:00 o las 14:00. ¿Por qué solo el comercio tiene que abrir todos los días? Si lo hiciera todo el mundo se crearían muchos más puestos de trabajo.
-Usted es vicepresidente de la Asociación de Polígonos de Málaga (Apoma). ¿En qué situación se encuentran estas instalaciones?
-Están mejor que hace cuatro o cinco años pero queda muchísimo por hacer. Quedan conexiones como la carretera que une la nueva hiperronda con los polígonos Guadalhorce y Santa Teresa; falta desdoblar la carretera desde Mercamálaga a Intelhorce aunque todavía no sabemos a qué institución pertenece esa vía; incluir nuevas tecnologías; guarderías; aparcamientos; aumentar la conexión de los autobuses municipales para que lleguen al polígono Santa Teresa y Santa Cruz porque se quedan en la puerta.
-Está prácticamente finalizada la nueva carretera de Azucarera. Se han eliminado, al fin, los baches.
-Sí, ha quedado perfecta. A finales de este mes debe estar entregada la obra. Hemos sufrido mucho pero ahora estamos contentos de tener una carretera digna.
-¿Evitará esta obra que se vuelvan a inundar las naves del polígono cada vez que llueve más de la cuenta?
-Bueno, queda el encauce de los arroyos. El Ayuntamiento ha hecho un estudio muy bueno para saber por qué hay estos problemas con el agua en los polígonos. Se ha visto que hay una cantidad de arroyos que no están en condiciones y se ha hecho un plan. El problema es encontrar el dinero para ejecutarlo. Aquí tenemos la laguna de Los Prados y sería interesante habilitarla para tener un parque y para que captara el agua de esos arroyos y se canalizara hacia la desembocadura del Guadalhorce.
-¿Qué está ocurriendo con la prostitución? ¿Ha disminuido este fenómeno en los polígonos con la nueva normativa?
-La normativa se puso en vigor y en febrero se va a empezar a multar. Vemos que ahora hay menos prostitución. No sé si eso es debido a la crisis o a que realmente tienen temor. Es un problema de imagen tremendo durante todo el día. Espero que ahora tengamos zonas más dignas. Había muchos restaurantes que trabajaban en comuniones y fiestas los domingos que tuvieron que dejar de hacerlo porque tenían las prostitutas en la puerta y nadie quería ir.
-Entramos en precampaña electoral ¿qué le pediría a los políticos?
-Que no se ponga tantas trabas ni se tarde tanto tiempo para poder montar una empresa. También pedimos que se ponga la videovigilancia en los polígonos para poder estar más tranquilos. Es un proyecto que tenemos y esperemos que se ejecute. Si aceleramos eso los polígonos estaremos más protegidos.
FUENTE: www.malagahoy.es