Coinciden con la Federación de la Pequeña Empresa en que se evitarían muchos robos, así como en el incremento de actos delictivos en los últimos meses. No creen que los ciudadanos estén en contra.
La Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Gibraltar volvió a solicitar la semana pasada la instalación de un circuito cerrado de cámaras de seguridad en las zonas más comerciales para proteger a los establecimientos debido al aumento de actos delictivos que asegura se ha producido en el Peñón durante los últimos seis meses.
Leer más: Los comerciantes de calle Real, a favor de instalar cámaras en la vía pública
Esta federación que encabeza Stuart Rodríguez como presidente y que achaca el aumento de los robos y atracos en Gibraltar a la crisis económica, considera que la instalación de estas cámaras podría evitar este tipo de delitos.
Además, entiende que con el dinero que se ahorraría en vigilancia policial, este sistema de seguridad no sólo se autofinanciaría sino que actuaría como un elemento disuasorio ante nuevos atracos.
Cada vez estamos más familiarizados con las cámaras. Ya no llama la atención, como hace dos o tres décadas, una cámara en un comercio, en una casa, en una calle. Tampoco llaman la atención muchas cámaras juntas. Hay cámaras por todos lados, las veamos o no. Estamos vigilados, cada vez más. El cine, un arte hecho, entre otras cosas, con cámaras, ha filmado cámaras y hay películas cuyas imágenes representan lo filmado por esas cámaras dentro de la ficción. Hagamos memoria: en Dossier 51 (1978), película del francés Michel Deville, un servicio de inteligencia espía a un diplomático. Al principio, cuando vemos lo que ve esa cámara, notamos que, por más liviana que fuera, para poder pasar desapercibida debió de estar a una distancia tal que vemos al sujeto en planos generales. Y, sobre todo, si el sujeto no colabora moviendo su cuerpo, quizás solamente veamos su espalda. Las cámaras de vigilancia de los setenta no eran plurales sino escasas, singulares, caras. Si se trataba de un espacio público era casi invariablemente una sola, lo que daba mucha fijeza al punto de vista.
En sus últimas películas (entre otras Deja Vu, Rescate del metro 123 ), Tony Scott suele intercalar planos de cámaras de seguridad, y planos que no son de cámaras de seguridad pero que estéticamente lo parecen. Y hay algo clave: esos planos no son fijos, se mueven, hay múltiples cortes, cambios en el punto de vista. Ultimamente, las películas de Scott parecen estar dotadas de Los 1.000 ojos del Dr. Mabuse (Fritz Lang, 1960). ¿Podría decirse que las películas de Tony Scott son panópticas? En estos tiempos, el panóptico es incluso puesto en escena con un poco de sorna: en Toy Story 3 (2010) quien “ve todo” desde un punto fijo es un mono de juguete. En realidad, el panóptico está fuera de moda; es decir, la idea de diseñar un edificio cuyo interior se puede vigilar por completo desde un solo punto está demodé.
El grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia ha acusado al equipo de gobierno municipal de empeorar "de forma notable" las medidas de seguridad en los museos de la ciudad, nueve meses después del robo de un cuadro de Sorolla en la Casa-Museo Benlliure.
En un comunicado, los socialistas han criticado la nueva contrata de seguridad de los museos municipales, ya que, según dicen, sólo se han mantenido la vigilancia durante las 24 horas del día en la Casa-Museo Blasco Ibáñez y el Palacio de Cervelló, mientras que los museos de Ciencias Naturales y de Historia sólo tendrán vigilancia nocturna.
Asimismo, según el PSPV, la Lonja y las Atarazanas, que hasta ahora contaban con vigilancia durante las horas de apertura al público, dejarán de tener servicio de seguridad activa.
Por su parte, la Casa-Museo Benlliure y el Museo de la Ciudad permanecerán vigilados durante el día, como hasta ahora, mientras que la Almoina mantendrá el servicio de seguridad nocturna.
Leer más: PSPV acusa Ayto. de empeorar seguridad en museos 9 meses después robo Sorolla
Las paredes no sólo oyen sino que también nos miran. Con la profusión de cámaras de seguridad, sistemas de geolocalización y dispositivos portátiles de comunicación, crece la sensación de que estamos “bajo control”.
Dejamos huellas de casi todo lo que hacemos y es posible rastrearnos donde quiera que vayamos. Quizás ya no exista más la posibilidad de sumergirse en un dulce anonimato sin cables huyendo a una isla desierta, por ejemplo. Ni siquiera como una fantasía más o menos verosímil, puesto que no quedan rincones del planeta donde no se nos pueda ubicar, incluso porque difícilmente lo soportaríamos: ¿acaso seríamos capaces de vivir desconectados? De modo que no se trata solamente de un control externo e indeseado, como un ojo vigilante y autoritario, un poder supremo e invasor de una privacidad individual que se intentaría preservar a toda costa como un derecho inalienable. Además de ese temor difuso, que cada tanto provoca tenues reacciones escandalizadas, lo que más crece es otra cosa: un deseo de exponer la propia intimidad haciendo estallar las antiguas válvulas protectoras simbolizadas por el pudor, el recato, las persianas y los cerrojos.
Cada vez más, todo aquello que antes se preservaba como un valioso tesoro que las miradas ajenas jamás podrían macular, ahora desborda los límites del espacio privado para proyectarse en múltiples pantallas.
16 cámaras monitoreadas desde el Centro Estratégico de Fiscalización del Ministerio de Transportes vigilarán durante las 24 horas del día elTerminal San Borja, para dar máxima seguridad a la ciudadanía en este inicio de vacaciones.
El recinto fue elegido para iniciar el plan “porque es el que tiene mayor flujo, y a diario transitan por aquí unas 500 mil personas”, explicó el alcalde de Estación Central Rodrigo Delgado, junto al ministro de Transportes Felipe Morandé.
Las cámaras fiscalizarán todo el sistema de seguridad dentro y fuera del recinto, transmitiendo información de los accesos y salidas de los buses, andenes y boleterías del terminal.
“La idea es ver si hay cualquier situación anómala, concurrir de inmediato al sector y fiscalizar la situación para seguridad ciudadana y del transporte”, señaló el ministro.
“Por otro lado, se detectarán buses piratas que no cumplan con la norma de transportes y gracias al nivel de las cámaras se detectarán los típicos lanzazos, robo con sorpresa, muy comunes en el sector”, añadió.
Leer más: Terminal San Borja vigila con 16 cámaras “lanzazos” y “buses piratas”