Ya no hay vuelta atrás. Terminaron las pruebas y el sistema funciona ya a pleno a rendimiento. Listo para que quien infrinja la norma reciba su penitencia en forma de multa. Las cámaras de vigilancia controlan de forma oficial el acceso a la Plaza Mayor de la ciudad. Como anunciara el alcalde, Pedro Arahuetes, y avisara el Ayuntamiento durante la semanas previas, ayer tuvo lugar el estreno del dispositivo tras un periodo de ensayos que se alargó más de lo deseable.
La concejala de Tráfico, Ana Sanjosé, subrayaba a primera hora de la tarde de ayer que el debut se había producido sin problemas técnicos. Agentes de la Policía Local han estado al tanto para aclarar preguntas y advertir a los vehículos que iban a cruzar el entorno controlado por las cámaras. Por eso, el único problema con el que se topó la inauguración de la videovigilancia ha sido la desinformación.
Así lo comentaba la edil, que sí ponía de manifiesto la «cierta incertidumbre» que se ha percibido en las primeras horas de funcionamiento de las cámaras de control del tráfico para acceder a la Plaza Mayor. Sanjosé reconoce que ha habido «muchas consultas y dudas», que confía se irán disipando.
«De momento, no hemos tenido que lamentar ningún incidente y tampoco se ha tenido que poner ninguna multa», agregó. Eso hasta las 15:00 horas, porque el Ayuntamiento cierra y hasta el lunes no se verá si a partir de ese momento hubo algún infractor. Lo dirán las cámaras y el material que quede almacenado el fin de semana.
Jorge Muñiz regenta una tienda de frutas y productos de la huerta en la calle Pérez de Ayala, una de las vías peatonales con cámaras de videovigilancia. Desde que conoció la medida prohibitiva teme las consecuencias de no poder estacionar delante de su establecimiento.
«Muchos de mis clientes vienen en coche a comprar varios sacos de patatas o bolsas de naranjas que, lógicamente, pesan mucho. Ahora no sé si volverán porque tendrían que dejar el vehículo bastante lejos», explica Muñiz.
Con tan sólo un día de puesta en marcha del plan de protección de las calles peatonales, Muñiz no ha notado un efecto negativo en la caja: «Todavía es pronto para decir que me está afectando, pero es probable que pierda parte de mi clientela fija. Gente que viene de lejos y hace buena compra. También habrá que ver si se cumple o no la tramitación de las multas».
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Siguiendo el ejemplo que ha dado en otros municipios, el Ayuntamiento de Rojales va a poner en marcha un sistema de videovigilancia que le permitirá controlar qué pasa en los accesos urbanos, parques y edificios públicos.
El objetivo que se pretende e reducir el número de actos vandálicos y controlar el tráfico. A tal efecto se ha ejecutado un plan de seguridad, mediante la instalación de cámaras de vigilancia por todo el casco urbano y controlado por la Policía Local mediante un sistema monitorizado.
La singularidad del municipio obliga a que este tipo de dispositivos se instalen en el centro urbano, en las urbanizaciones, en la pedanía de Heredades y en los alrededores de los polígonos industriales. Para este proyecto, el Ayuntamiento de Rojales ha destinado más de 200.000 euros del Plan de Sostenibilidad.
Las cámaras se situarán casi en su totalidad en lugares de interés; sobre todo, en edificios y zonas públicas como el Ayuntamiento, el Centro de Información Juvenil, los parques, las urbanizaciones y las plazas públicas. También está previsto en los accesos a las zonas urbanas, donde se colocarán cámaras especiales para la lectura automática de las matrículas de los vehículos.
El alcalde de Rojales, Antonio Martínez Cánovas, ha señalado sobre este proyecto que "se trata de dar un mayor servicio a los ciudadanos en cuanto a su seguridad, que es uno de los pilares básicos de nuestra sociedad. Actualmente, parte de nuestros esfuerzos se han centrado en dotar a la Jefatura de más medios para atender las necesidades y preocupaciones que nos transmiten los vecinos".
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Los conductores que carezcan de autorización y circulen por una calle peatonal controlada por cámaras de videovigilancia pagarán 200 euros de multa. El problema es que muchos residentes que están obligados a pasar por las vías reservadas a peatones aún no tienen la autorización.
«En la última reunión de la comunidad del garaje nos dijeron que era conveniente enviar un escrito a la Concejalía de Seguridad Ciudadana. Lo remitimos hace tres semanas, con el carné de identidad, el permiso de circulación y el recibo del IBI, y no hemos recibido contestación», lamentó Antonio García, vecino de la calle Campoamor, 23, quien aseguró que probaría suerte a través de la nueva página de internet www.movilidadoviedo.es
Además de dirigir la petición a Seguridad Ciudadana, García se presentó en el registro municipal, pero acabó también con las manos vacías. Tras advertirle de que había «toneladas de peticiones, me aconsejaron guardar en la guantera del coche el escrito de petición de la autorización con el sello del registro». Una solución que no le convenció. Teme que en cualquier momento le caiga una sanción de 200 euros. «Se va a montar una muy gorda», advirtió.
Otra vecina con garaje en la calle Campoamor, y que prefiere guardar el anonimato, aseguró que tanto ella como los residentes en su edificio están «descontentos» por las escasas autorizaciones que el Ayuntamiento concede por cada plaza de garaje: «Dos, si es en propiedad y una, en alquiler». Son «escasas; mi familia es muy grande y tenemos varios coches», argumentó. Sin embargo, fuentes consultadas en la Policía Local defendieron la medida: «El objetivo es que las calles sean de disfrute peatonal», por ello no se abrirá la mano, al menos de momento. «Estamos siendo restrictivos a la hora de cumplir con el número de autorizaciones, después ya se irá viendo caso a caso», argumentaron las mismas fuentes. En la nueva página web pueden solicitarse permisos puntuales. El permiso es «virtual».
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Pontedeume no contestó sobre sus intenciones de instalar cámaras de videovigilancia para hacer frente al vandalismo en el casco histórico del municipio ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera ni a la cuarta solicitud del Valedor do Pobo. Pero a la quinta fue la vencida. El Consitorio certifica su deseo de colocar el sistema de seguridad pero se ve obligado a demorarlo por carecer de financiación.
Cinco requerimientos han hecho falta para que el Concello de Pontedeume responda al Valedor do Pobo sobre sus intenciones de instalar sistemas de videovigilancia en lugares públicos de la villa, idea en la que persiste aunque, según explica el concejal de Servicios Municipales, Javier Crespo, "todavía no se han solicitado los permisos pertinentes".
Las reclamaciones de la institución surgen a raíz de los escritos del Movemento polos Dereitos Civís en los que advertía de la intención de la Administración local de instalar videocámaras y reclamaba al Gobierno municipal que se ciñese a los requisitos necesarios para llevarla a cabo, como son el principio de proporcionalidad, la autorización de la Delegación del Gobierno y el informe favorable de la Comisión de garantías.
El Ayuntamiento explica al Valedor que el objetivo es "atajar el vandalismo, que tiene muy castigado, sobre todo, el casco histórico de Pontedeume y sus Bienes de Interés Cultural (BIC) como es el Torreón dos Andrade y las pintadas de las que son objeto, que causan en este BIC daños que pueden ser irreversibles". Aclara además que en ningún momento se planteo instalar este sistema "sin seguir el procedimiento legalmente establecido".